lunes, 3 de septiembre de 2018

El pollo mutante


Afortunadamente, el autor de este pollo mutante no he sido yo, pero por desgracia me tocó a mi tener este maravilloso pollo como "plato estrella" este fin de año... Sí, he dicho fin de año y estamos en septiembre. Tengo que reconocer que no tengo mucho tiempo para actualizar el blog... jajaja.

Pero volvamos al asunto en cuestión: El pollo. Tengo que decir que después de cocinar para toda la familia unos cuantos días en navidades, lo último que me apetece es cocinar la Nochevieja. Por lo tanto, siempre he encargado comida y,  excepto los canapés, que sí que los hago, no me preocupo mucho de cocinar.

Cada año lo pido en el mismo sitio. Un sitio donde para las fiestas de Navidad puedes encargar unos redondos de pollo de corral espectaculares, rellenos de lo que quieras y que salen buenísimos. Y este año, como todos los años, allá que me fui a encargar el redondo de pollo.

"Este año no hacemos comida especial para Navidad"... 

Esto es lo que me dijo el dependiente en cuanto entré por la puerta. Si me hubiesen hecho una foto en ese preciso instante, hubieseis podido ver mi cara de absoluta desolación y desespero. No me dijo el motivo, pero en ese momento estaba en estado de shock.

¿Y ahora qué hago yo para Nochevieja? 

Salí del lugar cabizbaja, arrastrando los pies y con ganas de ponerme a llorar. Ya no habrá más redondos de pollo buenísimos, ni esa mega guarnición de patatitas con zanahorias baby y cebollitas que sabía a gloria...

Llegué a casa y se me ocurrió preguntar en el grupo de Whatsapp donde tengo a todas mis amigas qué podía hacer. Ellas a lo mejor sabían de algún lugar.

Me dieron varias ideas, pero la que más me convenció era la de un sitio cubano que hacían comida para llevar, al que nunca había ido. Mi amiga me dijo que hacían comida especial para Navidad, y que también hacían redondo de pollo relleno.

Total, que para allí que me fui, y me encontré con el local cerrado. Como había un teléfono, al llegar a casa llamé a ver si me podían decir algo. Me atendió el dueño. Un hombre con acento cubano (como era de esperar... jajaja).

- Hola, mira... quería saber si hacéis redondo de pollo para llevar el día de Nochevieja
- Sí, claro que hacemos redondo de pollo.
- Es que me he pasado hoy por vuestra tienda y me he encontrado cerrado... Supongo que abriréis para la Nochevieja.
- ¡Qué mala suerte que has tenido! Justamente hoy es el único día de estas fiestas que está cerrado. Sí, abrimos todos los días excepto hoy.
- Y otra cosa: ¿Lo podéis rellenar de lo que quiera?
- ¡Por supuesto! Lo rellenamos de lo que quieras...

Al día siguiente me volví a pasar por la tienda y había una dependienta. El jefe no estaba. Le dije que quería dos redondos de pollo para la Nochevieja y me dijo que no había ningún problema. Se apuntó mi nombre y mi teléfono y apuntó los dos redondos de pollo...

- Aquí falta algo, ¿no? 
- ¿Qué falta?
- Pues falta que te diga de qué quiero el relleno.
- Los rellenamos todos igual.
- ¿Comooo? Me dijo tu jefe que lo rellenabais de lo que quisiera.
- Pues no. El relleno es de carne y de ciruelas pasas...

Y de ahí no la saqué. Aquí ya me cambió la cara. No sé si os habré explicado que mi suegro y mi cuñado son bastante "especiales" para comer. No les suele gustar casi nada. Y una de las cosas que no les gusta son las ciruelas pasas. Lo mejor que hubiese podido hacer hubiese sido anular el pedido y marcharme de allí, pero burra de mí, pensé:  "Igual no se dan cuenta de las ciruelas pasas..."

Le expliqué a la chica qué era lo que pasaba con mi suegro y mi cuñado, y por si las moscas, decidí pedir sólo un redondo de pollo en lugar de dos, y decirle a mi suegra que preparase algo para ellos dos... ¡MENOS MAL!

Entonces le comenté si habría suficiente con un redondo de pollo para seis personas, y me dijo que sí, que eran pollos grandes de corral y tendría de sobras. También le pregunté si había guarnición y me dijo que sí, que habría guarnición para 6 personas.

Parece ser que tampoco conocían las bandejas de aluminio y quedamos en que me dejarían una bandeja y yo al día siguiente la devolvería y me devolverían los 10 euros. El día 1 de enero también estaban abiertos.

Y llegó la noche del 31 de diciembre. Yo estaba muy liada haciendo canapés y le dije a mi marido que fuese a buscar el redondo de pollo.

Cuando llegó mi marido con el redondo de pollo estaba envuelto en papel de aluminio y con papel film (las bandejas de aluminio para el pollo no las conocían, pero el papel de aluminio para envolverlo todo, las bandejas de aluminio para la guarnición y el papel film sí). Le quité el papel de aluminio y vi esto:


Una especie de bicho extraño churruscado por el culo y por la cabeza, que en lugar de cabezas tenía lo que parecían una especie de pinzas de cangrejo. Tenía una especie de hilo atado a la cintura de forma rara... Os juro que ¡¡¡NO ENTENDÍA EL POLLO!!! ¿Qué coño tenía en la cabeza? ¿Eso era un redondo de pollo? ¡Me dijo que estaría deshuesado! Tuve que quitarle el plástico para intentar entender qué bicho mutante era ese.


Sin el plástico tampoco mejoraba el asunto. Eso sí, al menos entendí lo que tenía en la cabeza. En lugar de la cabeza, tenía las alas puestas en forma de pinza de cangrejo. Retorcidas de una forma inimaginable, contra natura.

Y lo mejor de todo: La guarnición (que me dijo que era para 6 personas)... 3 patatas ENANAS partidas por la mitad con un líquido aceitoso raro por en medio.

Me giro para preguntar a mi marido qué era este animal aberrante y me planta esto en la mesa de la cocina:


- ¿Y eso qué es?
- La salsa...
- ¿¿¿LA SALSA???? ¿¿EN UN TUPPER??
- Sí. Me lo han dado así.
- ¿Y por qué no le has dicho después de ver este pollo mutante con esta guarnición de pena y esta salsa aceitosa en el tupper que ya se lo pueden quedar?
- Porque tú hablaste con ella y pensé que ya sabías qué ibas a encargar.

Mi cara era un poema...
Nochevieja. Un pollo mutante. Una guarnición de pena y una salsa aceitosa en un tupper. Presentación de 10...
Pues tuve que ponerme a pelar patatas como una loca para hacer una guarnición mínimamente decente y hacerlas al horno en un tiempo récord...

En estas que llega mi suegro, mira el pollo mutante y dice: Yo no me como esto.
Llega mi cuñado, mira el pollo mutante y dice: Yo no me como esto.
Llega mi suegra, mira el pollo mutante y dice: Menos mal que he traído algo más de comer, porque yo no me como esto.
Llega mi madre, mira el pollo mutante y no dice nada (mi madre nunca diría nada, por muy mala pinta que tuviese), pero tampoco comió pollo.
Y así todos.

Resumen de la Nochevieja:

  • Mi marido comió pollo (pobre de él como no lo hubiese hecho).
  • Yo comí pollo (Qué remedio me quedaba). Estaba asqueroso. De verdad. El relleno era un mazacote de carne reseca de origen desconocido y ciruelas pasas medio chamuscado todo.
  • El resto sobrevivió a base de comer canapés y lo que trajo mi suegra.
  • Por la noche, mi marido y yo pasamos la noche despiertos. No estuvimos de fiesta precisamente. Estuvimos de diarrea tooooda la noche.
  • El resto no tuvo diarrea.
Al día siguiente me tocaba devolver la bandeja... con unas ojeras, una diarrea y un cabreo tremendo. Mi marido me dijo:

- ¿Qué le piensas decir?
- No quiero problemas. Espero ir, devolver la bandeja, que me de los 10 euros y luego irme rápido, por si necesito ir al lavabo. Como se le ocurra preguntar cómo estaba el pollo, entonces explotaré, y no sé qué puede pasar...

Y allí que me fui, con cara de pocos amigos. La misma dependienta. El jefe tampoco estaba.

- Vengo a devolver la bandeja.
- ¿Qué tal estaba el pollo?

En estas que inspiro lentamente...comienzo a ponerme roja de furia... me comienza a salir humo por las orejas y exploto, literalmente.

- ¿El pollo? ¡Aquello no era un pollo, era un bicho mutante! ¡Os pedí un redondo de pollo! ¡Eso no era un redondo de pollo!
- ¿Pero qué querías más? ¡Te dimos un redondo de pollo deshuesado, mejor era imposible!
- ¿¿DESHUESADOOO?? Perdona, pero no sé qué entiendes tú como "pollo deshuesado", pero que yo sepa, allí habían huesos. ¡Yo entiendo como redondo de pollo deshuesado, un pollo en forma de cilindro, sin huesos y relleno, y sin las alas en forma de pinza de cangrejo en la cabeza!
- ¡Pero eso sólo lo hacen en las películas, que sale todo muy bonito! 

(Ahí flipé en colores. ¡Coño! que cada fin de año, hasta el año pasado había comido yo un señor redondo de pollo y no estaba en una película. ¡Que fuesen a preguntar al otro lado a ver cómo se hacía! )

- ¿Y la guarnición? ¡Me dijisteis que habría guarnición para 6 personas y me pusisteis 3 patatitas  enanas partidas por la mitad!
- Hombre, ponemos algo de guarnición como "detalle al cliente", para que el pollo no esté solo...
- ¡Pero me dijisteis que había suficiente para 6 personas!

Ahí ya no me contestó y cambió de tema.

- ¡Ah! Es que me dijiste que tu familia política era muy especial para comer. Aunque les hubieses puesto cualquier cosa, no hubiesen comido.
- Mi familia política que es especial para comer son mi suegro y mi cuñado. A estos no los contaba. El resto vio el pollo y tampoco quiso ni probarlo. Los únicos que lo probamos fuimos mi marido y yo, y porque no teníamos más remedio. Y hemos pasado una noche que no se la deseo a nadie. ¡Enganchados a la taza del váter!

En fin, que me dio los 10 euros de mala gana y le faltó poco para echarme a patadas. De todas formas, me hubiese ido, porque volvía a necesitar ir al lavabo... No volveré ni harta de vino a ese lugar.

A parte de ir a suplicar arrodillándome a ver si vuelven a hacer comida para navidad para llevar en la tienda de siempre, ¿Alguien tiene alguna idea de qué puedo hacer la Nochevieja del año que viene?

Y por favor, no me digáis que vuelva al cubano.... jajaja.

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